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Indice general ordenado alfabéticamente por título del libro o artículo

"Crónica de libros"
En Marcha, Montevideo, Nº 643, 1952.
p. 14.

Cesare Pavese. La luna y las fogatas (La luna e i falò) Traducción de Romualdo Brughetti. Buenos Aires, Editorial Losada, 1952. 171 pp.

"¿Quién puede decir de qué carne estoy hecho? He recorrido bastante mundo para saber que todas las carnes son buenas y se corresponden, y por eso uno se cansa y trata de echar raíces, para que la propia carne tenga valor y dure algo más que una simple vuelta de estación. Con estas palabras define el narrador la esencia de su ideario (todos los hombres son iguales) y el anhelo que lo lleva, después de practicar el mundo, a echar raíces en el sitio en que quizá nació. Quizás porque es bastardo y no sabe dónde y por quién fue dado a luz.

El protagonista vuelve a su tierra después de haber estado en Estados Unidos, esa equívoca tierra de Jauja del emigrante italiano. Regresa con la noticia de que no hay tal tierra de Jauja: regresa para descubrir que las guerras y las revoluciones que han conmovido en los últimos años a la paria, no han alterado la sustancia permanente del pueblo: que todavía hay quienes creen en la luna y en las fogatas; que muchos jóvenes de ahora viven los mismos episodios que él y sus amigos vivieron, aunque no lo saben. La tierra, el hombre, son siempre los mismos.

De aquí surge un contrapunto temático que da a este relato un carácter peculiar. Las viejas olvidadas aventuras vuelven a vivirse; nuevas aventuras se unen y hasta se confunden con aquéllas. El relato desprecia la sucesión cronológica; alterna pasado y presente, o mejor: pasados y presentes, en caprichosa ordenación. Pero no hay caos: hay un hombre que vive y evoca, que medita y examina, que juzga, y va destilando su experiencia.

También oscila la forma de la novela entre dos extremos, la narración pura y la evocación que orilla el lirismo. Sin que una borre a la otra, sin que se anulen sus efectos, con ambas Pavese consigue urdir una trama sutil y fuerte en que encierra su visión de la tierra italiana de hoy y de siempre.

La crónica informa que Pavese murió trágicamente en 1950. Éste de 1949 sería uno de sus últimos libros, junto a un volumen de poesía que lleva el título profético de Versé la morte a avrà i tuoi occhi. Pero un hombre que ha escrito una liquidación tan completa con el pasado y con el presente como la que encierra este relato puede morir. Deja tras de sí una suficiente justificación de él mismo: ha visto y vivido, sabe."

 

Responsables

L. Block de Behar
lbehar@multi.com.uy

A. Rodríguez Peixoto
arturi@adinet.com.uy


S. Sánchez Castro
ssanchez@oce.edu.uy

 


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