H. E. BATES: El Jacaranda (The
jacaranda Tree), Traducción de Lucrecia Moreno de Sáenz.
Buenos Aires, Emecé Editores, 1951. 280 págs.
"El escenario de esta novela es Birmania en los comienzos
de la invasión japonesa. Su tema: la evacuación
de un grupo de ingleses. El libro se abre con una bien condimentada
sátira de la idiosincrasia británica que no abandona
sus buenos modales ni en la hora del peligro, que no puede prescindir
del té ni de los compartimentos sociales nítidamente
marcados. Bates revela aquí su bien humor en un campo que
es fértil y -por qué no decirlo- fácil. Pero
al abandonar la ciudad, el libro tiende a convertirse en novela
de aventuras en que no faltan las interrupciones causadas por
estratégicas fallas del motor, por accidentes automovilísticos,
por muertes y enfermedades.
Pese a sus esfuerzos, Bates no consigue crear el clima pesadillesco
de la evasión ni unos personajes que sostengan firmemente
el interés. Su dibujo es demasiado nítido y superficial,
no tiene sombras ni misterio. Es demasiado evidente la mecánica
de un plan que consiste en ir eliminado a personajes hasta que
el joven (y audaz buen mozo) Paterson quede sólo con su
amante nativa (una apetitosa muchacha) y el hermano de ésta,
el servicial Tuesday (Martes, quizás para evocar a aquel
Viernes de Robinson Crusoe). A medida que se desarrolla la aventura,
va entrando el libro cada vez más profundamente en esa
categoría nada exigente de best-seller.
Algunos episodios muestran a Bates en posesión de un estilo
de narrador. La horrible escena de los buitres en un automóvil
cerrado en el que hay varios cadáveres, mientras trata
de mantenerlos alejados una vieja a la que se le han roto los
anteojos, no es fácil de olvidar -ni de escribir, por otra
parte. Pero una escena excepcional en esta novela. Por lo general,
Bates se ha limitado a ofrecer sólo un producto de valor
comercial nada despreciable."