ADVERTENCIA
Este panorama abarca únicamente la producción hispanoamericana
en español. Se prescinde de la producción española
(porque llega muy atrasada, escasa e irregularmente), se prescinde
de la producción hispanoamericana que, por razones misteriosas
e impenetrables, no ha llegado aún a nuestro país
(un ejemplo, el libro de A. E. Housman, Nombre y naturaleza
de la poesía, editado por Letras de México este
mismo año, ha sido imposible de obtener aquí).
UNO DE LOS PANORAMAS POSIBLES
El corte convencional de cada año invita a la recapitulación.
Ya se sabe de antemano que el panorama cuyas líneas
generales se deben trazar está limitado convencionalmente
por un 1º de enero de 1945 y un 31 de diciembre de 1945.
Esa primera limitación artificial, esa convencionalidad
de los 365 días de 1945, se acentúa si se considera
que el inescrutable pero seguro azar rige toda la producción
bibliográfica. Para una o dos o tres o hasta cuatro editoriales
que desarrollan un plan anual de publicaciones, hay veinte o treinta
o mil que publican impremeditadamente, casi diría inconscientemente.
Esta irregularidad, esta inseguridad, se suman a la convención
inicial y agravan el cometido del crítico. Una tercera
(última) convención se agrega a las ya apuntadas
para disminuir la extensión del panorama, para transformarlo
en uno de los panoramas posibles; esta convención la impone
el gusto y el tiempo del crítico. Implacablemente ambos
reducen el número de obras leídas a un mínimo
humano; implacablemente la vigilante conciencia y un oscuro pero
útil presentimiento le evitan la indigestión que
seguramente provocan, p. ej., Manuel Gálvez, Pearl S. Buck,
Archibald Cronin. Esas tres convenciones superpuestas (la limitación
anual, el azar editorial, la selección del crítico)
convierten a este panorama en un suceso arbitrario, aunque
rico y complejo. No puedo ocultar mi satisfacción por tal
hecho.
ALGUNOS CLÁSICOS
Cumple empezar por los clásicos, "siempre citados,
nunca leídos" (como dijera melancólicamente
Renán). Actualmente sólo dos ediciones de autores
clásicos (usando la palabra en un sentido muy laxo, que
permite la inclusión de Juan Ruiz y de Fielding, junto
a Petrarca y Tácito) merecen considerarse. La más
importante es la que realiza la Universidad Nacional Autónoma
de México con su "Biblioteca Mexicana de escritores
griegos y romanos". Dicha Biblioteca ha publicado ya, en
ediciones bilingües (e1 texto original enfrentado a nuevas
versiones en castellano), los Diálogos de Platón
(cinco diálogos en dos tomos), las Obras completas
de Salustio (dos tomos, con una valiosa traducción de Millares
Carlo), un volumen de Séneca, otro de Varrón, etc.,
etc. Por su jerarquía esta edición es comparable
a la célebre colección Budé, publicada por
la Société d'Édition "Les Belles Lettres",
en París. La otra colección es la de "Las cien
obras maestras" de la editorial argentina Losada. Esta colección
difiere radicalmente de la anterior por su carácter más
popular y por presentar (salvo alguna excepción) traducciones
ya conocidas. Este año no publicó ningún
nuevo título, limitándose a reeditar las obras agotadas.
Otra edición clásica importante la constituye la
primera versión en castellano de la Teoría de
los colores de J. W. Goethe (Poseidón). Esta obra ha
sido descuidada por quienes estudian a Goethe desde un punto de
vista exclusivamente literario. Tal actitud es errónea.
Como bien observa Emmanuel Berl (Introduction à Goethe,
1932): "No se puede comprender a Goethe si uno se resiste
a aceptar la importancia capital que para él tenía
la teoría de los colores". Y agrega más adelante:
"La lucha de Goethe contra Newton es el último sobresalto
del espíritu mágico; un intento de comprender las
cosas de otro modo que por el análisis algebraico - el
último esfuerzo del hombre por no permanecer dividido y
perdido más y más en un universo abstracto, cuya
afinidad fundamental se borra".
NOVELISTAS DEL SIGLO DIECINUEVE
La editorial Emecé ha publicado este año algunas
de las obras más valiosas de la ficción en el siglo
XIX. En su colección "La Quimera": El egoísta
de George Meredith, Jud, el oscuro de Thomas Hardy,
La muerte de Ivan Ilich de León Tolstoy y Otra
vuelta de tuerca de Henry James; en los "Cuadernos de
la Quimera": El velo negro de Charles Dickens, La
humillación de los Northmore de James y El experimento
del doctor Heidegger de Hawthorne. De los siete títulos
publicados, seis pertenecen a la lengua inglesa - lo que es de
por sí bastante elocuente, además de ser justo,
porque resultaba vergonzoso que permanecieran inéditas
en lengua castellana obras de la jerarquía de El egoísta,
una de las más deliciosas farsas novelescas que haya fraguado
el hombre, de Jud, el oscuro, la obra maestra de Hardy,
una novela amarga y magnífica, de Otra vuelta de tuerca,
uno de los más perfectos relatos de James. (Pero este autor
merece un aparte). En cuanto a La muerte de Ivan Ilich (editada
junto con El amo y el servidor), constituye uno de los
cuentos más intensos y hondos de Tolstoy, una de esas ficciones
por medio de las cuales el complejo artista ruso se enfrenta al
problema de la muerte. La calidad de estas ediciones de Emecé
no tiene paralelo en la producción hispanoamericana; constituyen
un elevado y difícil modelo de publicación responsable,
selecta y - gráficamente - impecable.
ALGO SOBRE HENRY JAMES
En una breve reseña para la "Saturday Review of Literature",
Henry Seidel Canby confirmaba el indiscutible "revival
of Henry James". Ese fenómeno de vuelta de un
escritor - después del éxito inicial, el silencio,
y luego (a veces) la vuelta - nunca se ha cumplido con tanto éxito,
con tanta justicia, como en el caso de James. Esa vuelta, dentro
de la literatura norteamericana, ha traído de rebote en
nuestra lengua una introducción (o presentación)
de James. Al publicar El retrato de una dama el año
pasado, la editorial Emecé aproximaba al lector de habla
castellana una de sus novelas más características
de la primera época. Este año la publicación
de Otra vuelta de tuerca y de La humillación
de los Northmore permitió completar ese conocimiento.
Se pudo ver entonces las variadas dimensiones de este gran novelista.
Frente la densidad del Retrato - casi despojado de anécdota
- se alzaba la rapidez, la levedad de Otra vuelta de tuerca,
que en 200 páginas desarrollaba una historia intensa y
melodramática, cargada de alusiones laterales. Oponiéndose
a ambas los Northmore presentaban su trazo escueto, pero
rico, su estricta economía de recursos. En las tres obras,
apuntando a tres diferentes blancos, James se ofrecía igualmente
complejo, igualmente profundo. La comparación de los tres
libros permitía comprender, además, el desigual
manejo de la ambigüedad. En el Retrato esta consistía
en la omisión deliberada de algún suceso, omisión
que volvía inexplicable la conducta o la psicología
de un personaje (p. ej. el de la señora Merle). En las
otras dos obras la ambigüedad consiste en no resolver el
conflicto o el problema planteado; el lector nunca sabrá
si los fantasmas que veía la institutriz tenían
existencia fuera de ella o si eran únicamente alucinaciones
histéricas (Edmond Wilson, The Ambiguity of Henry James,
expone a propósito de este cuento una interpretación
freudiana); tampoco sabrá el lector nunca si las cartas
de Warren Hope eran tan valiosas como creía su esposa.
En ambas obras el autor permanece al margen, alentando (o desalentando)
imparcialmente cualquier solución.
NOVELISTAS DEL SIGLO VEINTE
La producción novelística contemporánea
mereció la mayor atención por parte de las editoriales
hispanoamericanas. Esa atención se concentró principalmente
en los "best-sellers" (como, por ejemplo, Los verdes
años de Cronin o Una campana para Adano de John
Hersey). Prescindiendo de estas obras, queda un número
considerable de novelas y cuentos, cuya escueta enumeración
es la siguiente: Más allá del deseo de Sherwood
Anderson (Sudamérica), El tiempo debe detenerse
de Aldous Huxley (Sudamérica), Las praderas del cielo
(Siglo XX) y Los arrabales de Cannery (Peuser) de John
Steinbeck, Mario y el hipnotizador de Thomas Mann (Siglo
XX), Dodsworth de Sinclair Lewis (Siglo XX), Bangué
de José Lins do Rego (Losada), Tierra trágica
de Erskine Caldwell (Losada), Victoria y otros relatos
de William Faulkner (Corinto), Plan de evasión de
A. Bioy Casares (Emecé), Informe para una Academia de
Franz Kafka (Emecé), Tener y no tener de Ernest
Hemingway (Sudamericana), El viajero sobre la tierra de
Julien Green (Emecé) y El viaje hasta el fin de la noche
de Louis Ferdinand Céline (Siglo XX). En esta larga lista
abundan las obras frustradas, las promesas incumplidas (p. ej.
Tener y no tener de Hemingway o El tiempo debe detenerse
de Huxley), pero hay algún título valioso (p. ej.,
El viajero sobre la tierra de Green o Mario y el hipnotizador
de Thomas Mann).
Algunas obras de otros años fueron reeditadas. Merecen
señalarse tres: El último puritano, la única
y discutida novela de Santayana (Sudamericana); Santuario,
la novela que hizo famoso a Faulkner (Espasa Calpe Argentina)
y Adriana Mesurat, intenso y cerrado relato de Julien Green
(Sudamericana).
LA PRODUCCIÓN NACIONAL
La bibliografía nacional se puede dividir en tres rubros.
1. - Las obras de texto (No vale la pena comentarlas). 2. - Las
ediciones Pueblos Unidos. Esta es la única editorial que
publica sus obras de acuerdo a algún visible plan de producción:
casi todas las obras que ha publicado son de autores rusos (o
más exactamente soviéticos). El único libro
de autor nacional editado este año es 17 educadores
de América de Jesualdo, obra de carácter popular.
El resto de su producción consiste en traducciones (casi
siempre malas) de autores rusos de discutible valor literario
como, p. ej., Nikulin, Erenburg, Perventsev, Gorbatov, etc., etc.,
y alguna obra de autor no ruso, como el temible Tolón
de Jean Richard Bloch. La obra más interesante de su numerosa
producción es la correcta biografía de Napoleón
por E. Tarlé 3. - Las otras editoriales se limitan a publicar
de vez en cuando algún libro, cuya edición (invariablemente)
paga el intrépido, no escarmentado autor.
Fuera del país, la editorial Losada continúa publicando
las obras de Vaz Ferreira, y Enrique Amorim publicó (como
única contribución anual a nuestras letras) una
pésima novela policial, El asesino desvelado, malamente
escrita, huérfana de todo ingenio o destreza, digna de
ser filmada por la cinematografía argentina (destino que,
secretamente, parece anhelar el autor).
Eso es, creo, todo.
LOS CICLOS NOVELESCOS
Uno de los tipos característicos de la novela francesa
contemporánea es la novela-río, la que origina todo
un ciclo de obras, más o menos íntimamente ligadas.
Los tres ciclos más famosos, A la recherche du temps
perdu, Les Thibault, Les hommes de bonne volonté,
continuaron apareciendo en versiones castellanas. Rueda publicó
este año Sodoma y Gomorra y La prisionera
(partes V y VI respectivamente de la obra de Proust); Losada publicó
El buen tiempo (tomo III de Los Thibault) y Los
amores infantiles y Eros de París (tomos III
y IV respectivamente de la magna opus de Romains). Las traducciones
son de valor desigual. Indudablemente ni Romains ni Martin du
Gard ofrecen las dificultades que habitualmente presenta Proust.
Quizás esto contribuyó a que la traducción
de este último fuera muy inferior a la de los otros dos.
ULISES
La traducción más esperada del año fue (sin
lugar a dudas) la del Ulises de Joyce. Una propaganda cuidadosa
preparó al lector para tal suceso. Esa propaganda olvidó
insistir, sin embargo, en que Ulises no es lectura corriente,
apta para ser devorada por los habituales lectores-de-novelas.
Muchos de éstos han afirmado honestamente su desagrado,
su desilusión frente a esta obra. No alcanzaron, en cambio,
a comprender que la culpa no es del libro sino del lector. Ulises
exige un lector de Ulises, no un lector de Werfel o de
Mauriac o de Steinbeck. Una lectura vigilada, concentrada e intensa
permite gozar casi totalmente la obra de Joyce y permite comprobar
que sus valores no son tan inaccesibles ni tan esotéricos.
Pocos lectores, sin embargo, están dispuestos a leer como
se debe. Prefieren cómodamente echar la culpa al libro.
René Bouvier ha dicho: "El texto es también
a veces bastante oscuro. Por lo demás, las alusiones a
costumbres desaparecidas, a incidentes fugitivos, hacen a menudo
sobremanera difícil la inteligencia de ciertos pasajes,
aunque también particularmente atrayente. En efecto,
cada vez que puede resolverse uno de estos enigmas, una ilustración,
frecuentemente de las más coloreadas, se agrega al texto
para darle más solidez y sabor. De este modo se experimenta
una satisfacción igual a la que proporciona identificar
un documento o descifrar una medalla". (Es claro estas palabras
no se refieren a Joyce sino a los Sueños de Quevedo,
pero se aplican igualmente bien al Ulises).
La traducción de J. Salas Subirat (paciente trabajo de
cinco años) es mediocre. Su enorme esfuerzo no se puede
negar, pero los resultados son inferiores del punto de vista literario.
Subirat da casi siempre el sentido de lo que escribió Joyce
(aunque a veces padece cómicas confusiones, p. ej. cuando
cree que la esposa de Shakespeare era nacida en Hathaway, en vez
de llamarse Hathaway); lo que no da casi nunca es la expresión
que equivalga literariamente a la de Joyce. Y esto era lo más
importante. Es en este sentido (en la casi imposibilidad de hallar
equivalentes castellanos al lenguaje de Joyce) que debe entenderse
la afirmación de Borges al decir que "el Ulises es
intraducible". Joyce conocía el idioma inglés
a fondo, su obra refleja ese conocimiento impar. Una traducción
digna solo podía ser realizada por quien poseyera igualmente
a fondo el inglés y el castellano. Salas Subirat - es forzoso
confesarlo - tiene un conocimiento apenas corriente del castellano
(p. ej. no vacila en escribir torpemente debe de ser, hesitación,
etc.); sus conocimientos del inglés son poco notables.
Resumiendo, la presente traducción del Ulises (editada
por Rueda) debe calificarse como una empresa audaz no coronada
por el éxito.
JAMES M. CAIN
Encerradas en una colección de novelas policiales (El
séptimo círculo, Emecé) dos obras dispares,
El cartero llama dos veces y Pacto de sangre, sirvieron
para presentar el arte violento, escueto y desesperado de James
M. Cain al público hispanoamericano. De este autor ha dicho
Jauregui que sus libros son novelas rosa disfrazadas. Creo que
es una observación muy exacta. El romanticismo fundamental
de Cain no se mitiga por la forma brutal en que el destino (o
el novelista) golpea a sus personajes. El amor trágico,
disimulado bajo las formas más intensas de la carnalidad
y del crimen, se mantiene incólume y vencedor (triunfando
incluso sobre la muerte), a través de las escenas más
sombrías, más melodramáticas de El cartero
llama dos veces, de Pacto de sangre. (Esta novela,
como es notorio, sirvió de tema para la película
más inteligente - para la única película
inteligente - de la temporada: "Pacto de sangre", de
Billy Wilder, Paramount).
LOS ENSAYISTAS
Merecen destacarse algunos volúmenes de ensayos. En primer
lugar: los ensayos de Aldous Huxley, recogidos bajo el título
inexpresivo de El tiempo y la máquina (Losada),
que permiten apreciar la mentalidad incisiva, polémica
y profunda de uno de los mejores prosistas contemporáneos;
la Introducción a la poética de Paul Valéry
(Argos), que facilita una mejor comprensión de los principios
poéticos del autor de La Jeune Parque; los Trozos
escogidos de André Gide (Poseidón), que constituyen
una agradable y útil antología de algunos ensayos
y de algunas páginas claves de este complejo escritor (una
mala y apresurada traducción disminuye el valor de este
volumen) y el Calendario y tren de ondas de Alfonso Reyes
(México), que acerca al lector unas finísimas páginas
de uno de los más notables prosistas contemporáneos.
En segundo lugar - en un renglón más especializado,
la crítica literaria - merecen señalarse: el clásico
estudio de Mrs. Gaskell: Vida de Charlotte Bronté
(Emecé); una biografía superficial, aunque documentada,
de Eugene O'NeiIl por E. H. Clark (Nova); un excelente
libro sobre Quevedo, su época, su vida, sus obras,
por René Bouvier (Losada); una biografía digna pero
pesadísima de Sarmiento, El profeta de la Pampa,
por Ricardo Rojas (Losada); un valioso estudio de Wyndham Lewis
sobre Ronsard (Sudamericana); una biografía exterior,
muy documentada, de H. Gorman sobre James Joyce (Rueda);
un breve y valioso estudio estilístico de Leo Spitzer,
La enumeración caótica en la poesía moderna
(Buenos Aires); una segunda serie de los excelentes Capítulos
de literatura española de Alfonso Reyes (México)
y, last but no least, la famosa Historia de la literatura
norteamericana de Ludwig Lewisohn (Interamericana). En tercer
lugar - en el renglón biografías históricas
- merece destacarse el hermoso libro del novelista inglés
Richard Aldington sobre Wellington (Fondo de Cultura Económica,
México).
EL ODIOSO YO
Después que a Pascal se le ocurrió la famosa frase
("le moi est haïssable") se la ha citado,
y se la ha olvidado, infatigablemente. El yo será odioso,
pero no deja de constituir un tema literario importante. Este
año, ese renglón ha sido atendido por las Revelaciones
artísticas y autobiográficas de Miguel Ángel
(Elevación), obra que contiene un material de primera mano
- documentos, cartas o poemas - de o sobre Miguel Ángel;
el primer volumen de la excelente autobiografía de Santayana,
Personas y lugares (Sudamericana); las Cartas de la
vida literaria de Arthur Rimbaud, recogidas por Jean Marie
Carré (Poseidón) y las Cartas de David Herbert
Lawrence (Imán), reunidas originalmente por Aldous Huxley.
De este conjunto de confesiones o declaraciones autobiográficas
las más valiosas son, quizás, las Cartas
de Lawrence. En ellas se revela palpablemente su sensibilidad
extraordinaria para descubrir el misterio del mundo, lo que él
llamaba "el conocimiento nocturno"; ellas "nos
muestran - para decirlo con palabras de Huxley - a Lawrence tal
como fue en su vida diaria".
UN FILÓSOFO: DILTHEY
La mayor aportación filosófica de este año
fue la traducción de algunas obras de Dilthey, de quien
ha dicho Ortega y Gasset que "es el filósofo más
importante de la segunda mitad del siglo XIX". El Fondo de
Cultura Económica, de México, publicó la
Psicología y teoría del conocimiento y Vida
y poesía, que contiene un valioso estudio sobre Goethe;
la editorial Losada publicó, además, la Poética.
Como complemento o introducción, el lector puede ver el
cuaderno de Eugenio Imaz, Asedio a Dilthey, publicado por
"Jornadas", de México.
Otras publicaciones filosóficas importantes son: el tercer
volumen de Paideia de Werner Jaeger (Fondo de Cultura Económíca),
con el que termina la publicación en castellano de una
obra fundamental para el estudio de la formación del hombre
griego; La mentalidad primitiva de Lévy Bruhl (Lautaro),
obra ya clásica de la antropología y Los escépticos
griegos de Víctor Brochard (Losada), libro indispensable
para el estudio de la filosofía griega.
MARCHA
Durante el año 1945 MARCHA ofreció a sus lectores
los siguientes textos inéditos en castellano (todas las
traducciones fueron directas y especialmente realizadas para nuestra
revista): Una rosa para Emily de William Faulkner (274);
La prisión, fragmento de la última novela
de André Malraux (277); una selección de textos
del último Journal (1939-1942) bajo el título
de Una experiencia de André Gide (281); el cuento
premiado de Carlos Mario Fleitas, Sobre la primera muralla
de Pekín (283); Los matones de Ernest Hemingway
(285); Cordel de Katherine Anne Porter (291); Discurso
por la muerte de Bergson de Paul Valéry (292); una
selección del Journal de André Gide titulada
Paul Valéry, vivo (282); Aquí donde estamos,
fragmento de un relato inédito de Carlos Martínez
Moreno (299); La literatura gauchesca, conferencia de J.
L. Borges cuyos originales cediera gentilmente para su especial
publicación en nuestra revista (306 a 308); Las intermitencias
del corazón, fragmento del libro de Marcel Proust (311);
Itinerario de Paul Valéry de René Lalou (312);
Nueve de Julio, fragmento de una novela inédita
de J. C. Onetti (314) y El muro de Jean Paul Sartre (314).
MARCHA ofreció, además, algunos textos que en su
publicación original estaban completamente agotados. Por
ejemplo: Hombre de la esquina rosada de J. L. Borges (282);
El hijo pródigo de Rilke, en la versión de
Lysandro Z. D. Galtier (288); El combate de la tapera de
Acevedo Díaz (289); Narciso, poema de Valéry,
en la traducción de A. J. Battistessa (292); Los cinco
de Espínola (293); Salvación de la Primavera,
poema de Jorge Guillén (293); Setiembre ardido de
William Faulkner (288); Fragmentos de Franz Kafka (300); El
"Ulises" de Joyce, ensayo de Charles Duff (301-303)
y Aire, Aura de Jorge Guiilén (309).
(Los números entre paréntesis indican el ejemplar
de la revista donde se halla el texto citado).
Emir Rodríguez Monegal
Diciembre de 1945