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Indice general ordenado alfabéticamente por título del libro o artículo

"Libros de la semana"
En Marcha, Montevideo, nº 280, 4/05/1945.
p. 15.

ANNA SEGHERS: La séptima cruz (Das Siebte Kreuz). Traucción de Wenceslao Roces. Editorial Nuevo Mundo, México, 1843, 484 páginas.

"Ana Seghers ha cumplido la odisea de los europeos antinazis. En 1938 se trasladó a Francia huyendo del gobierno que quemaba sus libros; cuando se produjo la ocupación alemana de aquel país, consiguió escapar hacia América. Las autoridades norteamericanas de inmigración no toleraron su entrada en los Estados Unidos. Con sus dos hijos, la señora Seghers se refugió en México; allí reside actualmente. Ha escrito contra el régimen nazi sus dos últimas novelas: La séptima cruz y Visado de tránsito. La primera de ellas es el objeto de esta nota.

La séptima cruz es una novela de combate; pero no es un mero alegato bien intencionado. Anna Seghers ha intentado dar a su obra una sólida construcción novelística que fortalezca más su mensaje. Para ello ha evitado (con suma discreción) el discurso crítico y ha puesto en su lugar la acción democrática. Ha evitado la repetida y minuciosa descripción de las brutalidades nazis; ha dado, en cambio, una exacta realidad al ambiente de angustia, de súbita delación, de terror inminente que se padecía en el Tercer Reich.

La acción de La séptima cruz transcurre en Alemania, en el otoño de 1936 y narra la fuga de siete hombres del campo de concentración de Westhofen; en realidad, narra la fuga de uno de ellos, Georg Heisler, el único que triunfa en su empresa. La acción comienza pocos instantes después de iniciada la fuga y termina cuando Heisler está ya en camino hacia Holanda; en muchos momentos se retrocede para informar al lector sobre la historia de sus personajes. Toda la novela está concentrada en las alternativas de anonadamiento, confianza e indiferencia que ocupan el espíritu de Heisler, quien pasa desde la soledad absoluta de los primeros minutos de la evasión hasta la vigilante compañía de todos los que -directa o indirectamente- contribuyen al éxito de su empresa y se solidarizan con él. Para realizar tal tema Anna Seghers moviliza una enorme cantidad de personajes y entrelaza una acción compleja cuyo centro natural es Heisler, pero cuyo resorte espiritual es Wallau, el que planeara e inspirara la fuga. La novela tiene, pues, dos cometidos: reseñar cumplidamente la conmoción de Heisler y enlazar a todos los personajes en sus múltiples contactos con éste. Por medio de diestros recursos la autora equilibra ambas tareas, sin olvidarse, además, de crear el suspenso necesario, evitando que la tensión inicial se debilite o se vuelva puramente mecánica. (Hay quienes se preguntan si es legítima -si es válida del punto de vista artístico- la emoción casi física que el suspenso provoca y mantiene; también se preguntan si al echar mano a este recurso el autor no cuenta demasiado con la obligada complicidad del lector, que se siente arrastrado y no puede negar su cooperación. Bueno, hay quienes preguntan demasiadas cosas).

El resultado visible de La séptima cruz es doble. Por un lado traza un cuadro completo de un importante sector del pueblo alemán en 1936, en una exposición que es todo lo imparcial que la declarada parcialidad de su autora puede permitir. (Toda esta parte de la novela tiene, o pretende tener, un valor documental). Por otro lado, el libro expresa la convicción democrática de una parte del pueblo alemán y dibuja simbólicamente su resistencia al régimen que, desde el año 1933, lo oprimía. Dicha resistencia está expresada en el mensaje que encierra la novela
y que es resumible así: Basta que se produzca una falla en la omnipotencia para que el pueblo oprimido sepa que no está vencido, que la lucha puede seguir. La falla es, en este caso, la exitosa evasión de Heisler.

Para manejar todo este vasto y heterogéneo material Anna Sesos. Desde un punto de vista estrictamente literario su novela está cuidadosamente pensada y cuidadosamente ejecutada. Es inghers utiliza toda clase de recurcierto, sin embargo, lo que dijo con vasta ignorancia el cronista de la "Saturday Review of Literature" ("No solamente la contribución más importante a la literatura mundial que, hasta la fecha, haya hecho cualquier escritor alemán en el destierro, sino uno de los libros más notables que han surgido de estos tiempos de caos y de peligro mortal"), Pero es cierto que se trata de una buena novela, cuyas virtudes ya he enumerado. Tiene defectos de toda Índole que se pueden resumir así: algunos personajes desdibujados (p. ej., uno de los principales, Franz Marnet); algunos escamoteos de lo que importaba (el interrogatorio de Paúl Roeder por la Gestapo); algunas casualidades molestas (el episodio de Heinrich y Elli); algún simbolismo torpe (la figura de Ernst, el pastor). Ninguno de los defectos mencionados invalida la eficacia general de La séptima cruz; son defectos circunstanciales que no afectan su conjunto y en esta novela la importante es el conjunto. Su principal valor radica en su condición de documento contemporáneo.

Nada se puede decir de su estilo ya que esta traducción tiene como único mérito visible el ser directa. Además, su lectura se dificulta por estar empedrada de mejicanismos (algunos lectores se verán desorientados momentáneamente al no reconocer en una "chamarra con cremallera" a la frecuentada campera con cierre metálico)."

EMIR RODRÍGUEZ MONEGAL

 

Responsables

L. Block de Behar
lbehar@multi.com.uy

A. Rodríguez Peixoto
arturi@adinet.com.uy


S. Sánchez Castro
ssanchez@oce.edu.uy

 


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