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Indice general ordenado alfabéticamente por título del libro o artículo

"Apenas un lector"
En Jaque, año 3, nº 100
14/11/1985

L o que sigue es la breve introducción que improvisara Emir Rodríguez Monegal para la única conferencia que dio en Montevideo, dentro del Seminario lnternacional sobre Teoría y Crítica Literaria, que comenzó hace unas semanas con la presencia de Jaques Derrida.

 

"Quisiera decir algunas palabras sobre una persona que ha hecho posible este acto. Es muy conocida de ustedes: la profesora Lisa Block de Behar. Ella estuvo en Yale, habló con todos nosotros, los que estamos trabajando allí, y sobre todo con un grupo de críticos de lo que se llama la "Escuela de Yale". Una escuela tan veloz que ya ha desaparecido, pero que dejó una agradable huella, sobre todo en la literatura. A ella se le ocurrió una idea que parecía imposible: la de llevar a algunos de estos críticos, extraordinariamente esotéricos en primer lugar en Yale, a Montevideo. La idea era tan descabellada que resultó sencilla. Es decir: no iban a ser estos críticos, difíciles de comprender en cualquier parte del mundo, menos incomprensibles en Montevideo.

Algunos de ellos eran personaIidades que creo que han sido discutidas casi desde el momento en que abrieron la boca o escribieron una línea. Es el caso de Jacques Derrida, que ustedes ya han visto y conocido. Habrán notado que no tiene cuernos, que no devora a la gente con su mirada, y que es una de las personas más interesantes a mi juicio porque cree lo que pocos, aunque crean, se animan a practicar: que el discurso filosófico no es cerrado, sino abierto, y que nadie es dueño de la verdad. Que los dueños de las verdades son las personas más pobres del mundo, porque no saben que de lo que son dueños es de baratijas.

Derrida ha sido principalmente lo que se llama un desconstructor. Es decir una persona que es capaz de pensar Ia filosofía como un proceso abierto que se continúa infinitamente. Cuando alguien lo aniquila, él se queda muy contento porque sabe que después puede venir otra cosa. Él fue un poco el espíritu motor de lo que se llama desconstrucción. Luego están naturalmente Paul de Man (que lamentablemente falleció y que era un hombre de una inteligencia y claridad excepcionales: ojalá lo hubiéramos podido tener aquí), J. Hillis Miller y Geoffrey Hartman, a quien tendrán oportunidad de conocer.

Básicamente este grupo está unido más por la hostilidad de quienes no lo entendieron que porque estuvieran ellos formando una patota. Yo no tengo casi ningún otro título para participar en este grupo que el haber sido conocido de alguno de ellos. Quienes me han leído saben que no soy una persona de teorizar o de aferrarse a las teorías. Yo en el curso de mi vida he pasado por tantas metamorfosis que sólo a mí me importa saber cuántas. De manera que estoy en este grupo simplemente porque trabajo en Yale, pero no soy desconstruccionista en el sentido técnico de la palabra, sino apenas un lector de ellos.

Lisa vio todo esto como algo que se pudiera realizar. Y luchando contra viento y mareos, encontró una manera de lograrlo que ahora que está ocurriendo parece sencillísima, pero que es, les aseguro, una de aquellas que, como decía Quiroga, le ponen a uno el pelo blanco por dentro. Yo quisiera hacer, no un homenaje sino un agradecimiento. Decirle: querida Lisa, gracias por creer en lo imposible, porque cuando se cree en lo imposible, resulta posible.

Mi conferencia tiene un título tan aterrador que el primero que se asusta soy yo. Pero este título aterrador es, como decían los franceses en una época: pour la gallerie. Es para ver si la gente siente cosquillas, y tiene ganas de venir a ver qué pasa. En realidad es de una sencillez tal que espero que, cuando termine, no me echen en cara haberlos traído a perder el tiempo. Mi pequeña contribución a la desconstrucción es señalar que en el momento en que se está formando, en que todavía no se ha formado la escuela desconstruccionista, tres de las figuras que van a ser más importantes buscan en Jorge Luis Borges, este argentino loco, delirante, una forma de escritura que de alguna manera los está apoyando. Eligen Borges. De ahí el título catastrófico de la conferencia: Borges, De Man, Derrida, Bloom: la desconstrucción avant et après la lettre. Esto último es un jueguito. Avant la lettre quiere decir "antes de que ocurra". Pero puse también après para compensar un poquito, y para hacerme el vivo."

 

 

Responsables

L. Block de Behar
lbehar@multi.com.uy

A. Rodríguez Peixoto
arturi@adinet.com.uy


S. Sánchez Castro
ssanchez@oce.edu.uy

 


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