María Eugenia Vaz Ferreira nació en Montevideo el 13 de julio de 1875 y falleció en la misma ciudad el 20 de mayo de 1924. Ajena en vida a la promoción de sí misma y de su obra, más inclinada a imaginar que a realizar, esta extraña musa del novecientos no vio publicado nunca un libro con sus poesías que aparecieron, en cambio, en revistas y periódicos, o distribuyó entre amistades y permanecían inéditas. Esa difusión limitada no impidió que sus contemporáneos la consideraran una de las más grandes poetisas de su época, y así se le continúa apreciando por quienes conocen su poesía. Aunque no alcanzó a vivir medio siglo, empezó a escribir en la adolescencia y, rigurosa crítica de su propia obra, preparó ella misma, antes de morir, la selección de poemas que su hermano, el filósofo Carlos Vaz Ferreira, publicaría un año después en una edición que reúne poco más de cuarenta poesías. Extravagante, de conducta desafiante, altiva, tuvo una definida personalidad intelectual y no carecía de talento musical. Fue una recordada profesora de literatura en la Universidad de Mujeres, institución donde además se desempeñó como secretaria. Criatura excepcional y rara, gran desterrada de la vida, al decir de Zum Felde, en su vida solitaria experimentó una desoladora tragedia que no le ahorró, ni siquiera, la reclusión, sin dejar jamás de escribir. |