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Querido Rodríguez Monegal:
Ahí va algo de la novela para Marcha. Cuando la miré
me di cuenta de que la novela es muy buena; claro que después
Martínez Moreno surgirá trasladando pronombres y segando
gerundios y que usted se mandará su bello brulote citando
a Guyau, José Enrique Rodó y otras suciedades (1).
Pero el pueblo sufriente, la masa escarnecida y sudorosa está
conmigo, A fin de mes iré por ahí a fundar una capilla
literaria destinada a escupir sistemáticamente en el asado
de los pululantes jorges luises borges y los que el fundador tradujo,
copió, adoptó, de libros en inglés que todavía
no estaban traducidos en Chile. Pero antes de eso recibirá
usted, no, usted no, Carlitos Quijano, un artículo de Groucho
Marx o como se escriba acerca de eso que llaman literatura uruguaya
y mucho más acerca de los literatos, los intelectuales, los
eruditos y tanto punticomista engendrado en la facultad de Derecho
en la tibia atmósfera de Valery y vía Oribe, o de
los dos o cuatro u ocho nombres inseparables que estén ahora
de moda. Bueno: esto es para el futuro y el futuro pertenece a Dios,
siendo, por otra, muy inescrutable.
Por ahora, nada más, salvo que en los últimos tiempos
lo he alacraneado bastante; no a usted mismo pero sí a su
manera de ser y a la de su socio en relojería mental, don
Carlos Martínez Moreno. Ya hablaremos de todo, porque lo
que yo digo por atrás lo repito por delante y también
mucho de lo que hago. Si es posible, colóqueme entre Mary
Mac Carthy y la putita fantasma llamada Anna Livia Plurabelle, por
la que haría lo mismo que supongo hizo por ella el bueno
de Finnegan en su velada y lo que ha hecho siempre jamás,
durante pocas horas y miles de miles de páginas, vuestro
padre James Joyce.
Apretones de manor enérgicos y cordiales,
(1) Aunque por pura admiración a "Para esta Noche"
termina mudándose a la calle Ossorio y por pura hipocresía
le roba una ese.Onetti
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