A Virginia Friedman por permitirnos acceder a los manuscritos originales de las cartas de María Eugenia disponibles en el Archivo Literario de Biblioteca Nacional.
A Cristina Echevarría y esposo por permitirnos el ingreso a la Quinta Atahualpa, mostrarnos las pertenencias de María Eugenia y contarnos acerca de la vida de la familia a principios de siglo.
A Jorge Arbeleche por brindarnos reproducciones de manuscritos de poemas de María Eugenia.
A los funcionarios de la Biblioteca del Museo Romántico quienes nos ayudaron en la búsqueda de publicaciones de prensa de la época.
Al Centro de Microfilmado de Biblioteca Nacional por la buena atención y servicio.
Al Museo de la Palabra del Sodre.