Isidoro de María nació en Montevideo en 1815 y murió en la misma ciudad, en 1906. Fue un incansable tipógrafo, periodista, memorialista, político, historiador, una personalidad que atravesó casi en su totalidad el S. XIX y fue, por tanto, testigo del proceso fundacional de Uruguay como República.
Periodista desde muy joven, su adhesión al general Rivera lo llevó a ser uno de los principales redactores de EL CONSTITUCIONAL (1838-1846) y director del periódico EL CENSOR (1839). Diez años después, acogido por el general Urquiza, se traslada a Gualeguaychú para dirigir El PROGRESO DE ENTRE RÍOS.
De regreso en Montevideo, continuó con el periodismo pero también se dedicó a tareas pedagógicas —fue autor, por ejemplo, de un proyecto sobre enseñanza obligatoria y gratuita— y, con marcado acento, a la investigación histórica. En 1860 publica la primera biografía sobre José Artigas. Cuatro años después inicia la publicación de su Compendio de la historia, a la que sumó Rasgos biográficos de hombres notables (1879-1886).
Montevideo Antiguo (1887-1895) es sin dudas la obra que lo mantiene en el recuerdo popular. Sobre la misma expresa Carlos Real de Azúa: “los primeros treinta años del Montevideo del s. XIX y la muy peculiar sociedad que conformó están dados con un enternecimiento sobriamente vetado de humor, con una atención para lo humilde y lo pequeño, con un arte del corte y del suspenso, con una modestia de propósito y un sabor de lo concreto que nada deben a presuntos modelos y sí a un arte espontáneo y a una especie de lealtad hacia su propio mundo (incluido el insustituible del lenguaje) que hacen de su obra un clásico en una literatura que no abunda en ellos”.